Capítulo 4 - Misterioso

-¿Qué, una ambulancia? -no paraba de preguntarme -pero ¿qué ha pasado? -le dije finalmente a Nat-.

-Sí, era Chris, el hermano de Stefani -me contestó Nat -Llegó a la fiesta borracho con unas cuantas cervezas en las manos y empezó a tirárselas a su ex. Y entonces todos empezaron a llamar a la policía. Por suerte no llegó a hacerle mucho daño a ella, ni a nadie, solo pequeñas cosas.

-¿Y quién era ella?

-¿No te acuerdas de ella? Era Julie...

Claro, como no recordarla. Era mi enemiga número uno, aunque de ella mis amigas no sabían nada. Intente no contarles nada, para no recordar esa etapa de mi vida. Ella me hizo sufrir mucho durante un campamento de verano, eramos amigas o eso creía yo, porque al tercer día me hizo algo que no olvidare nunca. Pero eso es otra historia...

Él, si el ángel me dejó plantada, me dejo justo en el momento que casi se juntaban nuestros labios. Desapareció, si desapareció en el justo instante que apareció la policía. ¿Por qué? No lo se, si os soy sincera. 

Pero era eso justo lo que me encantaba de David. Su lado MISTERIOSO. 

Me fui a casa, acompañada por Kely, Valery y Nat, y juntas hablamos de mi David. De lo que sentía por él, lo guapo que era, como me veían junto a él, si eramos la pareja perfecta, que si tal que si lo otro... Por fin llegué a casa, por fin. Estaba cansada de los puñeteros tacones! Finalmente caí a mi cama rendida como si estuviese en una nube. En toda la noche, no pude dejar de pensar en él. Incluso soñé con que todo era perfecto junto a mi ángel,  con que eramos una feliz pareja...

Al siguiente día, quedé con Kely, fuimos de tiendas. Ya tenía ganas de ir de compras, pasamos por Shana, Stradivarius, Pimkie, Pull&Bear, New Yorker y muchas más. Eramos las reinas de las tiendas. Que si unos vaqueros, una camiseta monísima, unos botines de tacón, que si rosa, que si azul, que si verde... Tal que acabamos en Starbucks, como siempre. Me encantaban los batidos de chocolate, es que mataría por uno! Kely siempre me decía:

-Jessica, deberías de comprarte un Starbucks, por tu bien... -y siempre nos reíamos-. 

Eran esos momentos especiales con el que vivías con una amiga. Sobre todo con Kely, era mi mejor amiga. Es que eramos iguales, eramos uña y carne, eramos ÚNICAS. Nunca nos podríamos separar. ¿Con ella? Era imposible enfadarse con ella, era perfecta. Era la típica chica mona, rubia, un encanto, amable con todos, era... era... no se como definirle... era la mejor.

En ese momento apareció David, con su cara de encanto. Nos volvimos locas las dos. Eramos igual. Me acerque a él, y le pregunté:

-¡Hola! ¿Por qué desapareciste ayer?

-Bueno... no sabría decirte yo... -intentó decirme.

-¿Y este ángel tiene número de móvil? -ya que no sabía que decirle-.

-¿Para un Diamante? Pues claro, te lo apunto en la mano. -y acabó con un corazón-.

-Ya te mandaré un mensaje para quedar a volar.

-Espero impacientemente.

Nos separamos y enseguida se lo dije a Kely. Ella me ayudó a mandarle un mensaje decente. El cual decía:

Desde que te vi, quiero ir a volar contigo. Pero no sabía como hacerlo. Ahora que se como, quedamos mañana en la explanada a las 18:00h. Espero que traigas tu maravilloso violín. Tu querida Jessica, con amor.

Así es como comenzó la gran historia de AMOR o NO... Eso no se sabe... todo puede dar un vuelco inesperado... que ni siquiera yo me esperaba o ¿todo continua igual? No, eso último lo dudo.