Capítulo 8 - Chris

Estaba yo tan feliz, había besado a Ángel. Me sentía genial. Recuerdo aquellos labios sobre los míos, todo el rato. Tocaba mis labios, sentía los suyos. 

-¿Qué haces Jessica?

-¿Qué?

Desperté de mis sueños imaginarios. Me giré y vi a mi madre en la puerta de mi habitación. 

-Ahh... nada. ¿Qué pasa?

-Tu padre me ha dicho que estaban los dos gemelos aquí esta mañana.

-¿Y?

-¿Ahora sois amigos? -me dijo toda extrañada-.

-Si, los conocí el otro día de vuelta a casa ¿no te acuerdas? y como viven dos calles más abajo, pues me visitan. 

-¿Es que te gusta alguno?

-¡Mamá! ¿Es que no puedo tener amigos?

-Claro,claro. Pero me parece raro en ti. Bueno te espero abajo que ya esta la comida.

Ais.. mi madre. Es más lista y nunca se equivoca. Se nota que me conoce. ¿Qué si me gusta alguno? me dice. Seguro que ya lo sabe. Solo quiere que se lo diga. ¿Pero sabes la vergüenza que me da? Confío en ella. Pero en el tema del amor, no puedo contárselo a ella. Necesito a una amiga urgentemente. ¿Pero quién? La más amiga que tengo ahora mismo es mi cama, que me acompaña en mis sueños. Tendría que poner, a este paso, un anuncio en el periódico que dijese:

Se busca amiga URGENTEMENTE. Que sepa escuchar, que sea simpática, alegre, divertida, etc. Que este a los buenos y malos momentos. Yo también la ayudare. 

Firmado: Jessica, una chica con mucho amor que repartir.

Por la tarde, me fui a casa de los gemelos. Llamé y apareció Chris.

-Hola, si buscas a Ángel está entrenando.

-Ah..- estaba desilusionada, la verdad. Pero también podía estar con Chris, era mi amigo- pero no pasa nada, puedo estar ahora contigo. ¿O es que no puedo estar con un amigo?

-Si, pero yo siempre estoy de segundo plato.

-¿Qué dices? Eres muy importante para mi, eres mi amigo. Y solo os tengo a ti y a Ángel. Así que sois mis pilares básicos en la vida.

-Lo que tu digas... Bueno pasa -dijo sin ganas-.

Al final nos lo pasamos genial. No sabía que Chris era así de simpático. También me encantaba. Nos reíamos todo el rato. Se notaba que eramos grandes amigos. Chris era el gemelo simpático, sensible, bueno, guapo y atento. En cambio, Ángel era el tío buenorro, el gracioso, el simpático y el duro. Eran dos chicos diferentes pero parecidos a la vez.

-Jo, eres super majo Chris.

-Pero ¿qué dices? Eres genial Jess.

-No, tu lo eres más...

De repente nos acercamos más y más. No podía hacerlo, ya tenía a Ángel. Pero mi corazón me decía que hacía lo correcto. Seguí hacía el camino de sus labios. Estábamos a punto de juntar nuestros labios.

-No. No puedo hacerlo. Estoy con Ángel.

-Lo entiendo. Es mi hermano. Yo tampoco puedo hacerle esto.

-Será mejor que me vaya -le dije toda avergonzada-.

-Espero verte otro día.

-No se si será bueno para nosotros. Creo que debemos alejarnos por un tiempo. Porque podemos tentarnos a hacer cosas que no debemos.

-Vale... -dijo con voz melancólica, aunque no nos habíamos separado aún-.

-Adiós.

Salgo de su casa y me digo: ¿Qué he estado a punto de hacer? Casi pierdo a Ángel. No, no volveré a estar a solas con Chris. Creo que he hecho bien en no besarle. ¿O no? No se, estoy hecha un lío. Ángel es tan... Chris es tan... ¿Hay qué me pasa?